viernes, 2 de septiembre de 2016

El tiempo de calidad

Hoy en día ni siquiera se si el dinero es el bien más preciado, tiendo a pensar que lo es el tiempo. Algo que escasamente tenemos y que desearíamos tener más...y que obviamente no podemos adquirir.

Entonces? Se que se generan interminables discusiones sobre cuánto tiempo debe pasar un niño en el jardín o guardería. Lamento no poder dar una respuesta...ya que considero que hay una por cada mamá en el mundo. Más allá de las cuestiones con respecto a esto, es importante que el tiempo que estemos con nuestros hijos sea de calidad....

¿Qué es eso del tiempo de calidad? La verdad que mi respuesta es más intuitiva y empírica. El tiempo de calidad es aquel gastado con y para nuestros hijos, en donde nos mostramos disponibles al juego, a compartir cualquier actividad con ellos, donde los quehaceres del hogar se hacen a un lado y se disfruta solo del poder compartir con ellos.

Son ratos simples, donde charlar amenamente lo puede ser todo; donde el celular se deja de lado para poder conectar miradas, divertidas, cómplices. Poder transformar los comedores en una casa con sábanas y cartones, esos que ibamos a reciclar y nunca pudimos.

Esos cuentos que muchas veces juntan polvo, salen de sus rincones para cobrar vida, donde un álbum de fotos se reojea para presentar a miembros de la familia, donde una colección de hojas secas se torna en una investigación científica y por qué no, una cajita de remedios es un robot de mano...y podría seguir...pero ya se hicieron una idea más que acabada.

Es en ese preciso momento de disfrute, donde el juego se vuelve acto y vínculo, risa y despierta de interés de ambos, adulto y niño. Es justamente en ese instante donde ambos son niños, si! el niño interior sale a jugar con su hijo y algo en nuestro interior se renueva, se mueve, la risa sale más fácil, la alegría inunda el alma. 

Se que puede parecer un poema sobre magia, puede ser...pero la magia está en el compartir la vida en lo simple, el adulto se vuelve niño y renueva ala dulto a la vez.

Juguemos lo más que podamos...y qué mejor con nuestros pequeños...riamos, soñemos, imaginemos...que la vida está para eso y que hoy podemos...todavía que son pequeños...

 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsCuH8wYyua_UVVd1SgGSkML0fOrD4Tpy0h79eDvjoG1qOZ40GQhiMpj7qL3RP87gs7xwhQXXlXwNg_h1X5mngFUN-x_xwX6zwRUQ9YbayY7DRA0w_0kQa2JKySqGc3EB0CCixta9Xj6c/s1600/mama-divertida.jpg


viernes, 22 de julio de 2016

El espacio personal...

Es curioso cómo la estructura social enmarca el deber ser de toda mamá. Hay supuestos que de alguna forma u otra se fueron internalizando por repetición delas prácticas sociales o simplemente por la educación recibida o por el mix de otras cuestiones.

Pero más llamativo es el hecho de pensar siquiera tener un espacio personal. Se podría decir una actividad que nos guste de dos o tres horas por semana para nosotras o por qué una escapada de dos o tres días. Es interesante pasar por esa experiencia, cualquiera de las dos o las dos para darse cuenta cuánto uno necesita el encuentro personal hondo, donde uno es uno además de ser mama. 

No quiero decir que sea obligatorio, pero un despeje de la rutina no daña, al contrario, suma. Querer, desear, buscar tiempo personal no es un delito, tampoco un crimen, pero qué difícil es encontrar miradas de aceptación frente a este tema. Pero claro, lo que abunda es la opinología (vean algo más de esto en un post anterior) y no de la buena, sino esa que juzga, que cree conocer nuestras necesidades, que se cree con derecho de opinar en nuestros acuerdos más íntimos.

Y así es como nos deslizamos entre el terreno de la maternidad al terreno de la mala mamá que pretende, se cree con derecho de tener momentos personales. La realidad que un momento de paz es vital para seguir abrazando la maternidad, y todo cual rol hayamos decidido jugar en nuestra vida. 

Nada más hermoso seguro que la maternidad, no está en discusión, tampoco está en discusión si tomarnos un espacio personal o no, simplemente es una invitación a respetarnos, a detectar nuestras necesidades, aquello que nos haría seguir fluyendo en el tejido de las vinculaciones que elegimos tener. Si perdemos claridad en la maternidad, perdemos fluidez y empezamos a entrar en la rutina agotadora...y en vez de un tejido se torna un movernos en una maraña.

Seamos libres, busquemos el encuentro con nosotras mismas, sabiendo lo que nos hace bien, podremos orientar nuestars acciones hacia ello, podremos ser mejores personas y ahondar en nuestro interior cada vez más cómodamente.

Hacía tiempo que no recorría este espacio, y me pone contenta retornar en estas líneas.



lunes, 16 de mayo de 2016

La culpa y el segundo hijo

Muchas mamás sentimos culpa por no poder darle a nuestro primer hijo la exclusividad de antes...esto es natural, normal y yo diría hasta esperable. ¡Cómo dividirnos para estar cien por ciento para ambos! Imposible. 

De repente la dinámica maternal conocida se tiñe de incertidumbre y aquellas aguas donde solíamos navegar ya con cierta fluidez, se estancan. Se suma a esto el conocer a nuestro bebé, las técnicas adoptadas y la experiencia anterior adquiridas son un plus, pero el ritmo no es el mismo. Hay dos pequeños que dependen de nostros.

Para mi fue crucial el momento donde ambos gritaron por primera vez al mismo tiempo: Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! No sabía para donde salir corriendo primero. Estaba tan shockeada por la incertidumbre de no saber qué hacer...que me quedé en el mismo lugar. Instintivamente supongo fui a atender a JUan que es el menor y Lucía tuvo que esperar. Pasada la crisis de ambos...comprendí que ya nada sería igual, que yo no era la misma y que la experiencia no necesariamente era suficiente para Juan. El se msotraba muy diferente a Lucía y eso me llevaba a ser una pseudo primeriza. Ja!

Y si bien las dificultades se duplican, el amor también al igual que la alegría. Aprendí a tenr tiempo de chicas...para poder charlar con Lucía o simplemmente para pasar tiempo jntas sin interrupciones. Y también resguardé una maternidad fusionada para el bebé. Qué locura me fue salir de un estado a otro sin creer al final del día que enloquecía, que me la pasaba fluyendo de la necesidad de uno al otro. 

Es en ese preciso punto donde decidí que era sano un pequeño tiempo para mi, para estar conmigo misma, mirándome sin prejuicios. Intentando alejarme de la película...y no saben la claridad que fueron esos espacios. La sinceridad del encuentro personal lo es todo.

Luego de esas bocanadas de aire retornaba a la vprágine maternosa sin problemas, dispuesta a fusionar y a jugar, jugar y fusionar. Todo a la vez o separadamente, pero feliz de no desdibujarme en tamaña hazaña de amor.

Hasta la próxima!

sábado, 2 de abril de 2016

Cuestiones logísticas durante el embarazo...

Hace unos días nos juntamos con unas chicas a charlar y me percataba de la poca dimensión que tenemos las mujeres acerca de los cambios que suceden en el embarazo. No sólo por una cuestión de saber...sino para poder fluir más sencillamente. En medio de estas circunstancias me preguntaba por qué no nos contamos estas cuestiones entre las que fuimos mamás...así como sabemos que el parto duele...por decirlo de alguna forma general...por qué no conocer algunos detalles que si bien pueden ser meramente personales, voy cotejando que son más habituales de lo que creía. 

Una de las primeras cosas que dejamos de tener es el control de nuestro cuerpo, el sueño, las ganas de comer y la urgencia de ir al baño...ya no nos pertenecen. O sea que estar sentadas cerca de los toilettes es una buena opción. Y el aguantar...no es opción...tal vez no podamos! jejeje.

Otro aspecto es la indumentaria, no necesariamente lo que nos logra entrar nos quede bien o nos guste. En mi forma de ver, el primer trimenstre lo denomino el koinor; al segundo, heladera y al tercero, lavarropas. Ni se nos ocurra regalar ropa blanca a una embarazada!!! Jajaja. 

Gracias a los avances en la moda, existen locales exclusivos para futuras mamás. Adquirir ese atuendo es una inversión, pero hay una amplia variedad que está pensada para esos tiempos. Las que no optamos por esas opciones, agradecemos la existencia de babuchas, ropa amplia de modal y remeras de material extensible!!!

Siguiendo la línes de la belleza, me gustaría mencionar el caminar pendular de las embarazadas. Necesitamos un espacio mayor para trasladarnos, que no se debe solo a las panzas, sino a el vaivén de cada paso. Ni hablar de usar tacos...algunas lo hicimos...pero no es la mejor opción. En la misma línea, podemos incluir el corte de uñas de los pies, hasta aquí nada nuevo, pero ¿Acaso alguien se puso a pensar que una embarazada avanzada puede considerar esta actividad como una misión imposible? Es más, la minoría tiene el privilegio de verse los pies al caminar. En este punto voy a incluir una anécdota que hoy la recuerdo con gracia pero en aquel momento me sentí bastante tonta. Todavía estaba trabajando y era invierno, decidí ponerme unas botas de media caña. El salir no fue problema, pero cuando volvi a casa, no pude sacarme una de ellas. Tuve que dejarme la bota puesta hasta que llegó alguien para ayudarme. jejejejee. 

Lo último que voy a incluir y creo que dejará pensando a más de una...es el tema de la preparación de nuestro cuerpo para ir al obstetra, se entiende no? La panza nos bloquea la mirada...algunas hemos recurrido a un espejo, o a la ayuda de terceros. Si alquien quiere aportar con sus recursos, genial!!!

Esto no busca desanimar, sino entender que hasta las cosas más básicas se tornan distintas. Y saberlas, nos ayuda al momento de afrontarlas.


viernes, 25 de marzo de 2016

La adaptación del jardín...una odisea!



La adaptación suele ser una etapa de cierta costosidad que genera una amplia variedad de sensaciones que van desde la ansiedad hasta la culpa. Lo que me quedó clara en la primera adaptación con Lucía fue que era yo quien necesitaba esa adaptación. Así que fue un arduo trabajo interior y verla a ella disfrutar de ese espacio fue de mucha ayuda.

Claramente, además del desapego...hay otras cuestiones que entran en juego, como si el lugar elegido es el apropiado, si la maestra está dentro de lo que consideramos buen docente, pero lo terrible es el momento donde nos tenemos que ir...y claro...no hay mejor lugar que con nosotras!!!!

Ese momento, es natural sentir que el corazón se desgarra, también creemos que si nos quedamos cerca del perímetro del jardín nos sentiremos mejor. Quisieramos quedarnos ahí, en la sala, espiando...necesitamos corroborar que nuestros hijos están bien.

Lo que considero una presión social fuerte es el llanto del nene como medidor de adaptación. Si el nene llora y no quiere entrar con la maestra tiene una dificultad, Ningún nene cambia así como así un espacio donde se siente amado, cuidado y básicamente donde está su mamá por un lugar lleno de otros extraños donde ni siquiera tiene exclusividad. Todo inicio lleva su tiempo, tiene que conocer, confiar, sentirse recibido y cómodo. Incluso nuestras propias inseguridades pueden ayudar a que nuestro hijo no se quiera quedar.

Cada niño tiene se tiempo, su ritmo, su fluir y sus gustos. Y nosotras mamás también tenemos nuestro tiempo hasta conocer al jardín en acción y los mejores críticos son nuestros pequeños. 

Otra de los temas en cuestión es cuánto debe estar un niño en el jardín. No hay un deber ser...la realidad de cada familia es única y el mundo laboral ha tomado nuestra vida de manera global. No podemos juzgar la vida del otro desde nuestra posibilidad. Me gustaría dejar en claro que estar disponibles no es estar todo el día con nuestros hijos...estar disponible para ellos es estar dispuestos a gastarnos en jugar sus juegos, hacer collages, recortar, saltar, correr, etc. Y siendo muy sincera...al menos en lo personal...no puedo sostener esa disponibilidad todo el día. 

Además del trabajo, está el preparar la comida, lavar la ropa, hacer las compras, pagar los impuestos, ordenar y limpiar la casa, etc, etc, etc y salvo que tengamos quien nos ayude y aún así es complejo de concretar. Creo fuertemente que cada una sabe qué es lo mejor para su hijo y ojalá siempre podamos elegir, porque otras mamás no tienen esa opción.

FEDERICO VA A LA ESCUELAEn la adaptación estuve estos días, por eso tardé en publicar y antes de irme, les dejo un cuento que puede ayudar en esta etapa: "Federico va a la escuela"


domingo, 6 de marzo de 2016

El papá embarazado y primerizo...

A pedido de alguna de ustedes me permito incluir a esos papás que están presentes a lo largo del embarazo. Claramente no soy papá...pero recurrí al papá de Lucía y Juan y a otros papás que son los que en parte contribuyeron a este post.

Para poder comprender un poco de su rol, sería interesante que intentaramos pornernos un poco en su lugar. Es complejo...pero ahí vamos! En este momento seré la voz  (a veces llevada al extremo) de un papá...

De pronto...me entero que voy a ser papá y casi al mismo momento mi mujer se transforma, comienza a tener náuseas y vomitar sobre todo por las mañanas. Intento transmitir mi alegría de mi futuro ser papá pero es difícil entre malestares matutinos, y corridas inesperadas al baño durante una comida.

Yo sigo feliz y emocionado, y ella cambia su humor, se que son las hormonas, pero a veces no se qué hacer, ni qué decir...todo parece estar mal. Por momentos, ella pacientemente intenta contarme lo que va pasando, lo que va sintiendo...pero no lo siento en persona y supongo que no logro imaginarlo.

Ya no salimos hasta tan tarde, el sueño es nuestro peor enemigo, se puede quedar dormida en cualquier lado. 

Tiene cambios de humor repentinos y cambios en sus gustos. La comida puede caerle mal aún cuando antes de estar embarazada era su favorita. 

Quiero cuidarla a ella y al bebé que si fuera por mi tendría que estar reposando durante los nueve meses. Tanto que en los momentos de intimidad de pareja...me puede ganar el miedo a lastimarlos.

Veo que ella ama con locura a nuestro bebé, claro ella lo siente todo el día. Le habla, piensa siempre en nuestro bebé. Estoy perdiendo terreno...todo va cambiando, pero quiero estar, seremos tres, me quiero acomodar para ellos. 

Quizás me toma la preocupación por lo económico, de que tengan todo y quizás pierdo su mirada más conectada con lo emocional. Ella vive ahora más en ese plano, lee todo lo que puede sobre la maternidad, va a charlas y nos anota en cualquier charla sobre  lactancia que aparezca.

Todos llaman para preguntar por ella y el bebé, es más, el bebé se torna el centro. Recibo regalos de todos los que nos quieren, es hermoso. La gran mayoría es para el bebé y alguna que otra para mi mujer. De pronto la casa se llenó de cosas que ocupan los pocos lugares disponibles que había. No entendía para qué era el almohadón gigante que apareció pero resultó ser el tercero en la cama, y que luego según me enteré será para amamantar al bebé.

Aún cuando vamos al médico, estoy en segundo o tercer plano, depende si hacemos ecografía o no, qué privilegio ver a mi hijo, es un momento emocionante aunque no pueda transmitirlo como ella, que lagrimea casi en forma automática. 

Me desorienté frente al armado del bolso, herramienta que parece fundamental y que el parto no nos puede agarrar por sorpresa sin él. Es vital y diría casi imposible armarlo y dejarlo listo. La veo meter y sacar cosas mil veces, elegir la primera ropita del bebé fue un momento único, que tomó importancia diplomática. Igual además de lo que elegimos, ella cargó cinco muditas más de ropa diminuta, su ropa (entre las que hay ropa para amamantar de todos colores y formatos, aún los camisones) y por suerte me avive de armar algo para mi...porque la verdad parecía que nos vamos de viaje.

Pasado el tiempo, su cuerpo va cambiando, los momentos de pareja son algo para reinventar, je. La veo hermosa, pero ella no opina igual, se ve redonda por todos lados. Yo me anime a hablarle al bebé hace tiempo, al principio fue raro pero ahora espero llegar a casa para charlarle.

Los amo, esa es la verdad, pero se que ahora que está por nacer mi bebé, ella tiene que estar tranquila porque el bebé todo lo depende de ella, conoce su olor, sus latidos...pero hay algo que ella no sabe, en los primeros momentos mi voz es la única que reconocerá con claridad.

Admiro su capacidad de amar a nuestro bebé, admiro su fuerza para seguir adelante y admiro lo que atravesará para traerlo a este mundo!

 

viernes, 26 de febrero de 2016

Opinología...y de la buena!

Basta de opinología gratis!!!!
Este post nació a partir de la siguiente experiencia... Una mañana de calor viajaba en el colectivo con Juan y como es pequeño me cedieron el asiento. Luego de unos momentos sin aparente razón Juan comienza a protestar, y frente a mi intento de calmarlo...rompe en llanto y forcejea para intentar soltarse de mi agarre sacudiendo el cuerpo. 

Antes de poder intervenir como mamá, me cae la primer dosis de opinología. Una señora mayor le chista a mi hijo para que se calle y me dice que seguro hace ese berrinche porque tiene calor. 
Mi respuesta exterior fue mirarla por tres segundos  y no decir nada verbal. 

Vuelvo hacia Juan y veo a otra mujer más joven moviendo la cabeza en desaprobación y haciendo gestos raros. Miro hacia el asiento de al lado y la mujer me mira molesta porque viene hablando por celular y obviamente Juan no colabora con su intercambio verbal.

Finalmente cae inesperadamente un comentario de la muchedumbre del fondo...tiene sueño el nene!!!! Cómo explicar las miradas que recibíamos como si fuesemos una película de bajo costo para ver en el viaje. 

Ahora que tengo tiempo respondo...porque en aquel momento...la prioridad era saber qué le pasaba a mi hijo. ¿Por qué será que las personas dan su opinión sin  que se las pidan? ¿Acaso había alguien es ese colectivo que conociera a mi hijo como yo? ¿Alguno se puso a pensar que entre tanta opinión lo único que lograban era que no pudiera escuchar la voz de mi hijo? 

Todo esto me llevó a recordar la lluvia copiosa de opiniones de gente que con su buena voluntad creían ayudarme, pero no, no sumaban generalmente; sobre todo si somos mamás primerizas. Recuerdo recibir opiniones que no hacían otra cosa que reforzar mis inseguridades con respecto al cómo cuidar a mi hija en aquel entonces. Inclusive...recuerdo recibir sugerencias contradictorias, dependiendo de la subjetividad del emisor. Por ejemplo: ese bebé tiene calor, y mientras pensaba si sacarle algo de ropa, aparecía otro sujeto a decirme que el bebé estaba desabrigado. ¿Acaso esto es un juego de muñecas en donde le cambiamos la ropita al bebé?

Tanta lluvia opinológica puede quitarnos claridad a la hora de querer decidir. Llega un momento que podemos quedar aturdidas, incómodas y confundidas si  seguimos las "verdades" de aquellas que manifiestan saber por experiencia y porque así se hace...sin dejarnos margen de libertad por supuesto.

Es importante recordar que los primeros días, todo es inseguridad y que todo es nuevo. No cedamos esos espacios únicos y necesarios para conocer a nuestros hijos por temor a no hacer las cosas bien (qué sería hacerlo bien no?). Cada bebé es único y requiere nuestra presencia única...porque en definitiva, estemos como estemos, seguridades más, seguridades menos...nosotras somos sus mamás, no?

Ahhh, antes de terminar el post! La anécdota en el colectivo terminó así: me bajé con Juan porque necesitaba un espacio de encuentro con él. Apenas dejamos el colectivo, Juan se calmó y terminamos el viaje en taxi. Lo único que quería era estar más despatarrado sobre mi. 

lunes, 22 de febrero de 2016

Los berrinches de los pequeños...y nosotras!

Claramente los berrinches son situaciones de stress que intentamos evitar, sobre todo si se desarrollan en lugares públicos o en reuniones personales. No voy a entrar en el dilema de cómo sobrellevar los berrinches, pero si voy a recalcar que por algo se dan y hay que intentar comprender qué los detona. La clave no es sofocarlos apenas arrancan, como un incendio incontrolable, sino que una clave puede ser enseñarles a manejar las frustraciones. Así se convertirán en personas que una vez adultas...serán resilientes.

Para ello, hay un objeto especial que colabora con todo esto en forma integral. Les presento a la botella (también el frasco) de la calma.

En la imagen está la botella de la calma que construimos con Lucía. Fue hermoso el momento compartido y las ganas que puso, la felicidad de tener la botella entre sus manos ya era toda una experiencia.

Y sin buscarlo...ese mismo día frente a una situación de enojo vi que realmente resultaba, si mamás. Hasta Juan la uso y pude ver cómo el enojo no se hacía centro y el disfrute ganaba espacio.

Eso me llevó a pensar en los momentos en donde pierdo la calma...cuando los nenes se pelean, no llegamos con todas las cosas que queremos, ropa sucia, preparar la comida, trabajo, etc, etc, etc. En resumidas cuentas, cuando todo se junta y se hace una maraña imposible de desenrollar. Es en este punto donde creo que necesitamos una botellota de la paz o bien agarrar la de nuestros nenes y tomar un poquito, jajajaja. 

Mirar un atardecer, contemplar una bella imagen o simplemente dejarnos absorver por la inocencia de nuestros hijos puede ser la mejor bocanada de paz (si es que no están peleando claro!!!!) 

Para concluir con este post les cuento que Lucía se fue a dormir con la botella de la paz y se quedó dormida abrazándola. Hay una mezcla de es mío, lo hice con mamá y de paso...me calma! 

Para leer más...

Nos vemos en el próximo post!

 

domingo, 7 de febrero de 2016

La naturaleza y la imaginación

Día en la naturaleza, agua y pasto. Esa combinación resulta poderosa a la hora de disfrutar. Si bien una pileta es una opción hermosa para el verano, hay horarios no muy recomendables sobre todo para los niños. ¿Qué hacemos entonces en las horas de más calor?

La primera opción que me surge es la de una buena siesta...aunque a veces  parece una odisea. Sabemos que hay ciertas edades en donde la siesta no existe! Otra buena opción es hacer arte, dibujar, pintar, recolectar hojas, pieadritas, etc a la sombra. Y si lo anterior no ayudó...podemos recurrir a alguna de sus películas favoritas.
 
Nosotros elegimos montar barriletes!!! Para mi es una idea estupenda, donde el viento en la cara es caricia y los colores del barrilete un paisaje en sí mismo. Ver correr a Lucía como desafiando el vuelo del barrilete despertaron en mi unas ganas tremendas de correr y hacer el mismo juego de vuelo. Entre risas y disfrute de ver colorear el cielo con los barriletes y disfrutar de Juan que perseguía a los mismos en un intento de verlos más de cerca y atraparlos. Actividad que duró media hora o quizás más! 
 
Lo que intento...dentro de lo que se puede...es aprovechar el contacto con la naturaleza. De explorar más libremente y conocer plantas, bichos, texturas que quizás no son tan familiares. Esto parece simple, pero hay que estar con energías y ganas de acompañar a los pequeños, ellos se divierten mucho y tienen pilas para correr por todos lados; nosotros adultos quizás tenemos que regular el desgaste o turnarnos,,,con otro adulto. Y otra cosa que se necesita es cuidar los objetos encontrados por ellos y animarnos a emplearlos en algo creativo o simplemente conservarlos (cosa que no es poco!)

Les cuento una de las cosas más bellas e inocentes de Lucía. Caminando en el campo, ella encontro lo que sería la cúpula de un fruto seco (adjunto foto) y me dice contenta que seguro había hadas artesanas en el campo (para los que no vieron la película...esas estructuras son usadas para contener pintura) y se fue feliz teniendo esa certeza. Sin que ninguno dijera nada ella decidió ponerlo bajo su almohada esperando que algún hada viniera a buscar ese cuenco y le dejara algo en recompensa por su hallazgo.
 
Resultado de imagen para receptaculos de frutos secos
 
Obviamente, ella sola nos dejó el camino abierto a nuestra imaginación...y le armamos su nombre con ramitas de árbol sobre su mesita de luz para que lo viera al despertar y en una hoja seca de árbol la palabra gracias. Claramente, a la mañana siguiente nos despertó a los gritos de la emoción!!! 
 
Podemos discentir en las formas, pero mi idea es incentivar la imaginación en los niños, lo más que se pueda, porque es así como despliegan su potencial, descubren sus capacidades y los expone más a nuevos desafíos. La imaginación los lleva a conocer nuevos mundos, de colores, de ideas, personajes, de historias, de cuentos, etc. 

 
 
 

sábado, 6 de febrero de 2016

En la playa...


Días en la naturaleza compartiendo en familia. Ordenando las actividades al ritmo de los más pequeños. ¡Cuánta posibilidad de conectar en un ámbito donde la naturaleza reina, donde la disponibilidad de lo material resulta casi prescindible! Paso a contar la experiencia de juntar caracoles en la playa con Lucia, alegrarnos por los colores de cada uno y pensar en que cosas podríamos armar. Disfrutar no del Mar en sí mismo, sino de lo que despierta en los pequeños el contacto con lo natural. Y como se despliega la imaginación si así lo permitimos. Así que...tarea pendiente será crear con caracoles...

Por otro lado, avanzado el día...la arena estaba por todos lados y los pequeños (Aquí presento a Juan mi otro hijo) seguían corriendo y algunas veces no haciendo caso. El stress llegó a su clímax cuando con el cuerpo lleno de arena salgo a correr a los niños que a su vez corrían un carrizo lleno de churros. De pronto un viento me vuela el pelo y me hace masticar arena. En ese estado llegó al carrito y junto a los peques compramos churros. Volvemos a nuestro lugar en la arena y nos disponemos a merendar. Conclusión, la maternidad es saborear ratos de arena y azúcar de churros. Una mezcla poderosa y desafiante en el amor!



Contemplando la inmensidad del mar...

miércoles, 3 de febrero de 2016

Un poco del inicio de mi ser mamá...

Mi propia maternidad hizo que se abrieran en mi caminos en mi interior que ni yo creía posibles. Me llevaron a pensarme y repensarme como mujer. La vida creciendo en mi interior fue un regalo único que hoy considero el milagro más maravilloso que pude tener. Un privilegio como pocos y lejos de querer mostrarlo como un mundo ideal; quiero recalcar que mi maternidad me llevo a pegarme de lleno con mis límites, mis inseguridades y por sobre todo...mi insistencia en querer controlar todo lo que me pasaba.
La verdad médica que me caló hondo era que una vez cumplida la semana 38 mi bebé podía nacer en cualquier momento! Sin previo aviso? Cómo me soy cuenta? Alguien me dijo que sentiría contracciones?Cómo son? Qué se siente? Y si no llegó a la sala de partos? Y si estoy sola? Y si...y si...claramente es una
revolución de preguntas que nadie, nadie en mi entorno pudo responder satisfactoriamente. Así que procure estar atenta a los avisos de mi cuerpo y para ello comencé una honda recorrida interior. Quien mejor que yo para saber lo que me pasa. No? 
Y así...Llegó mi primera experiencia de parto. Nunca supe lo que era una contracción...siempre me rio cuando pensaba para mis adentros que una contracción era una señora que golpearla a mi puerta diciéndome que ya era hora. Llegué a la clínica con 8 de dilatación y nunca supe que estaba en trabajo
de parto...mi sensación era tener una molestia en la zona lumbar! Luego de seis pujes Lucía estaba recostada sobre mi. Como describir ese momento...no podría. Solo diría que quedé estallada emocionalmente. Me entregué a las sensaciones de alegría extrema, fragilidad absoluta, llanto liberador y puerperio deseado de poder vivirlo con mi hija.
Recuerdo que los primeros momentos pos parto no son fáciles. Muchas me contaron su experiencia de parto, del dolor...pero no describieron el después. Sentirme tan vulnerable, sensible, fusionada, al punto casi de no reconocerme...a esa mujer que había creído ser...y ahora parecía no reconocer. Venían las visitas y todos se mostraban felices y yo tratando de abrazar ese estallido interior, esa efusión de una nueva mujer/mamá, mamá/mujer que también nacía con mi hija. 
Mientras tanto los pechos hacían nacer Leche. Las pérdidas normales después del parto afloraron, todo era un fluir de cosas...tangibles y no. Sanadoras y de vida. El cuerpo se despedía de esa fusión intrauterina para dar vida en la lactancia. En fin, un cuerpo haciendo honor pleno a su ser mamífero y un alma que desplegaba una parte maternal desconocida hasta el momento. Y una psiquis que seguiría explorándose hasta descubrirse nueva, más mujer...pero eso llevaría su tiempo...

Me ducho o no, esa es la cuestión...

Mi primera incursión sería pensar que no habría que dar nada por sentado. Pensando en niños...ellos necesitan de nuestros cuidados...de nuestro estar con ellos...básicamente de nuestro amor. Pero también es importante recordar que son personas con personalidades y pensamientos, y he aquí mi primera experiencia a compartir.
Estamos de vacaciones y Lucía, nuestra hija de 5, se pone a llorar cuando la ayudamos a ducharse en la casa que alquilamos. La cuestión fue que no tuvimos en cuenta que el duchador era de mano y sin querer se nos cayó y como sabrán...la fuerza del agua hace que se mueva por todo el piso en forma descontrolada. Lucía rompió en llanto y no entendimos que había sucedido. Fue repentino y apenas pudimos terminar de ducharla.

Una vez pasado el momento...hablamos con ella y nos preguntó si en realidad los duchadores (las flores) estaban vivos y ese se había soltado. Primero sonreimos por su inocencia...pero luego recapacitando...algo había faltado como adultos. LA ANTICIPACIÓN FRENTE A LO DESCONOCIDO. Los detalles aún menores pueden ser situaciones costosas para los pequeños, si para nosotros adultos un cambio inesperado nos puede incomodar...cuanto más ellos.

Hablamos con ella y llegamos al acuerdo que tendríamos presente estas cosas y ella sonrió feliz. Parte de comunicarse! Ambas partes quedamos felices de poder expresar lo que nos pasaba. Ella su miedo a la ducha de mano y yo mi imposibilidad de comprender lo que le sucedía en el preciso momento.

martes, 5 de enero de 2016

Este espacio vuelve al ruedo con otro color, haciendo honor al nombre...vuelve porque creo que la maternidad viene incorporada como un gen dentro de cada mujer; solo que necesita ser activado en el momento justo respetando la subjetividad de cada persona.

Y de luz, porque como todo momento de la vida, la maternidad no escapa a los momentos de luz y oscuridad. Y ese es el objetivo, brindar ideas, compartir experiencias de las cuales no se desprenden verdades fundantes, pero si que pueden ampliar las herramientas con las que creemos contar. 

La idea de este espacio es describir, a mi modo de ver, la maternidad como la vivencio, hasta diría con cierto humor...herramienta que me rescata de momentos de encrucijada.

Espero les sea de cierta fluidez el transitar estas intervenciones bloguísticas!