viernes, 25 de marzo de 2016

La adaptación del jardín...una odisea!



La adaptación suele ser una etapa de cierta costosidad que genera una amplia variedad de sensaciones que van desde la ansiedad hasta la culpa. Lo que me quedó clara en la primera adaptación con Lucía fue que era yo quien necesitaba esa adaptación. Así que fue un arduo trabajo interior y verla a ella disfrutar de ese espacio fue de mucha ayuda.

Claramente, además del desapego...hay otras cuestiones que entran en juego, como si el lugar elegido es el apropiado, si la maestra está dentro de lo que consideramos buen docente, pero lo terrible es el momento donde nos tenemos que ir...y claro...no hay mejor lugar que con nosotras!!!!

Ese momento, es natural sentir que el corazón se desgarra, también creemos que si nos quedamos cerca del perímetro del jardín nos sentiremos mejor. Quisieramos quedarnos ahí, en la sala, espiando...necesitamos corroborar que nuestros hijos están bien.

Lo que considero una presión social fuerte es el llanto del nene como medidor de adaptación. Si el nene llora y no quiere entrar con la maestra tiene una dificultad, Ningún nene cambia así como así un espacio donde se siente amado, cuidado y básicamente donde está su mamá por un lugar lleno de otros extraños donde ni siquiera tiene exclusividad. Todo inicio lleva su tiempo, tiene que conocer, confiar, sentirse recibido y cómodo. Incluso nuestras propias inseguridades pueden ayudar a que nuestro hijo no se quiera quedar.

Cada niño tiene se tiempo, su ritmo, su fluir y sus gustos. Y nosotras mamás también tenemos nuestro tiempo hasta conocer al jardín en acción y los mejores críticos son nuestros pequeños. 

Otra de los temas en cuestión es cuánto debe estar un niño en el jardín. No hay un deber ser...la realidad de cada familia es única y el mundo laboral ha tomado nuestra vida de manera global. No podemos juzgar la vida del otro desde nuestra posibilidad. Me gustaría dejar en claro que estar disponibles no es estar todo el día con nuestros hijos...estar disponible para ellos es estar dispuestos a gastarnos en jugar sus juegos, hacer collages, recortar, saltar, correr, etc. Y siendo muy sincera...al menos en lo personal...no puedo sostener esa disponibilidad todo el día. 

Además del trabajo, está el preparar la comida, lavar la ropa, hacer las compras, pagar los impuestos, ordenar y limpiar la casa, etc, etc, etc y salvo que tengamos quien nos ayude y aún así es complejo de concretar. Creo fuertemente que cada una sabe qué es lo mejor para su hijo y ojalá siempre podamos elegir, porque otras mamás no tienen esa opción.

FEDERICO VA A LA ESCUELAEn la adaptación estuve estos días, por eso tardé en publicar y antes de irme, les dejo un cuento que puede ayudar en esta etapa: "Federico va a la escuela"


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