viernes, 22 de julio de 2016

El espacio personal...

Es curioso cómo la estructura social enmarca el deber ser de toda mamá. Hay supuestos que de alguna forma u otra se fueron internalizando por repetición delas prácticas sociales o simplemente por la educación recibida o por el mix de otras cuestiones.

Pero más llamativo es el hecho de pensar siquiera tener un espacio personal. Se podría decir una actividad que nos guste de dos o tres horas por semana para nosotras o por qué una escapada de dos o tres días. Es interesante pasar por esa experiencia, cualquiera de las dos o las dos para darse cuenta cuánto uno necesita el encuentro personal hondo, donde uno es uno además de ser mama. 

No quiero decir que sea obligatorio, pero un despeje de la rutina no daña, al contrario, suma. Querer, desear, buscar tiempo personal no es un delito, tampoco un crimen, pero qué difícil es encontrar miradas de aceptación frente a este tema. Pero claro, lo que abunda es la opinología (vean algo más de esto en un post anterior) y no de la buena, sino esa que juzga, que cree conocer nuestras necesidades, que se cree con derecho de opinar en nuestros acuerdos más íntimos.

Y así es como nos deslizamos entre el terreno de la maternidad al terreno de la mala mamá que pretende, se cree con derecho de tener momentos personales. La realidad que un momento de paz es vital para seguir abrazando la maternidad, y todo cual rol hayamos decidido jugar en nuestra vida. 

Nada más hermoso seguro que la maternidad, no está en discusión, tampoco está en discusión si tomarnos un espacio personal o no, simplemente es una invitación a respetarnos, a detectar nuestras necesidades, aquello que nos haría seguir fluyendo en el tejido de las vinculaciones que elegimos tener. Si perdemos claridad en la maternidad, perdemos fluidez y empezamos a entrar en la rutina agotadora...y en vez de un tejido se torna un movernos en una maraña.

Seamos libres, busquemos el encuentro con nosotras mismas, sabiendo lo que nos hace bien, podremos orientar nuestars acciones hacia ello, podremos ser mejores personas y ahondar en nuestro interior cada vez más cómodamente.

Hacía tiempo que no recorría este espacio, y me pone contenta retornar en estas líneas.