sábado, 2 de abril de 2016

Cuestiones logísticas durante el embarazo...

Hace unos días nos juntamos con unas chicas a charlar y me percataba de la poca dimensión que tenemos las mujeres acerca de los cambios que suceden en el embarazo. No sólo por una cuestión de saber...sino para poder fluir más sencillamente. En medio de estas circunstancias me preguntaba por qué no nos contamos estas cuestiones entre las que fuimos mamás...así como sabemos que el parto duele...por decirlo de alguna forma general...por qué no conocer algunos detalles que si bien pueden ser meramente personales, voy cotejando que son más habituales de lo que creía. 

Una de las primeras cosas que dejamos de tener es el control de nuestro cuerpo, el sueño, las ganas de comer y la urgencia de ir al baño...ya no nos pertenecen. O sea que estar sentadas cerca de los toilettes es una buena opción. Y el aguantar...no es opción...tal vez no podamos! jejeje.

Otro aspecto es la indumentaria, no necesariamente lo que nos logra entrar nos quede bien o nos guste. En mi forma de ver, el primer trimenstre lo denomino el koinor; al segundo, heladera y al tercero, lavarropas. Ni se nos ocurra regalar ropa blanca a una embarazada!!! Jajaja. 

Gracias a los avances en la moda, existen locales exclusivos para futuras mamás. Adquirir ese atuendo es una inversión, pero hay una amplia variedad que está pensada para esos tiempos. Las que no optamos por esas opciones, agradecemos la existencia de babuchas, ropa amplia de modal y remeras de material extensible!!!

Siguiendo la línes de la belleza, me gustaría mencionar el caminar pendular de las embarazadas. Necesitamos un espacio mayor para trasladarnos, que no se debe solo a las panzas, sino a el vaivén de cada paso. Ni hablar de usar tacos...algunas lo hicimos...pero no es la mejor opción. En la misma línea, podemos incluir el corte de uñas de los pies, hasta aquí nada nuevo, pero ¿Acaso alguien se puso a pensar que una embarazada avanzada puede considerar esta actividad como una misión imposible? Es más, la minoría tiene el privilegio de verse los pies al caminar. En este punto voy a incluir una anécdota que hoy la recuerdo con gracia pero en aquel momento me sentí bastante tonta. Todavía estaba trabajando y era invierno, decidí ponerme unas botas de media caña. El salir no fue problema, pero cuando volvi a casa, no pude sacarme una de ellas. Tuve que dejarme la bota puesta hasta que llegó alguien para ayudarme. jejejejee. 

Lo último que voy a incluir y creo que dejará pensando a más de una...es el tema de la preparación de nuestro cuerpo para ir al obstetra, se entiende no? La panza nos bloquea la mirada...algunas hemos recurrido a un espejo, o a la ayuda de terceros. Si alquien quiere aportar con sus recursos, genial!!!

Esto no busca desanimar, sino entender que hasta las cosas más básicas se tornan distintas. Y saberlas, nos ayuda al momento de afrontarlas.